¿Qué se dice de la cremación?
La cremación es un tema que genera dudas entre muchos creyentes que desean honrar a sus seres queridos de una manera que sea coherente con su fe. Es importante señalar desde el principio que la Biblia no contiene un mandamiento explícito que prohíba o apruebe directamente la cremación. Tampoco relata una ceremonia fúnebre específica que deba ser seguida al pie de la letra. Por este motivo, las posturas al respecto se basan en la interpretación de pasajes, principios culturales y teología.
Práctica común en el Antiguo Testamento: El entierro
En el Antiguo Testamento, la norma cultural y práctica entre el pueblo hebreo era, inequívocamente, el entierro (inhumación). Los ejemplos son numerosos:
Abraham compra la cueva de Macpela para enterrar a Sara (Génesis 23).
Los patriarcas Abraham, Isaac, Jacob y José fueron enterrados.
Reyes y profetas también recibieron sepultura.
El entierro era visto como un acto de respeto y dignidad hacia el cuerpo, que era considerado parte integral de la creación de Dios. La expresión "ser reunido con sus antepasados" implicaba ser enterrado en el panteón familiar. La cremación, por otro lado, aparece en contadas ocasiones y casi siempre en contextos negativos:
Como un castigo por pecados graves (Levítico 20:14, 21:9).
Para evitar la profanación de los cuerpos por enemigos (1 Samuel 31:12-13, donde los hombres de Jabés de Galaad queman los cuerpos de Saúl y sus hijos para luego enterrar sus huesos, lo que se interpreta más como un acto de necesidad que como una práctica habitual).
En rituales paganos asociados a dioses falsos.
Por esto, muchos argumentan que el Antiguo Testamento establece una preferencia cultural y simbólica por el entierro como la práctica honorable por defecto.
El Nuevo Testamento y el enfoque en la resurrección
El Nuevo Testamento no aborda directamente el método de disposición del cuerpo. Su enfoque teológico es revolucionario y se centra en la doctrina de la resurrección corporal, un pilar fundamental de la fe cristiana.
La clave se encuentra en la resurrección de Jesucristo. Los cristianos creen que, al final de los tiempos, Dios resucitará los cuerpos de los creyentes para una vida eterna, de la misma manera que resucitó a Jesús. La pregunta central es: ¿Impide la cremación que Dios pueda resucitar a una persona?
La teología cristiana ortodoxa responde con un enfático no. El Dios que creó el universo de la nada y resucitó a Jesús de entre los muertos es perfectamente capaz de resucitar un cuerpo, independientemente de su estado: si fue enterrado y se descompuso, si fue destruido en un incendio, si se perdió en el mar o si fue cremado. Las cenizas no representan un obstáculo para el poder omnipotente de Dios.
Posiciones cristianas modernas
Hoy, la mayoría de las denominaciones cristianas principales (católicos, protestantes, ortodoxos orientales) no prohíben la cremación. La Iglesia Católica, por ejemplo, la permitió oficialmente en 1963, aunque expresó su preferencia por el entierro por ser una práctica que honra el cuerpo como "templo del Espíritu Santo" (1 Corintios 6:19). Sin embargo, enfatiza que las cenizas deben ser tratadas con el mismo respeto que un cuerpo, siendo enterradas en un cementerio o colocadas en un nicho, y no esparcidas, conservadas en casa o divididas entre familiares, actos que podrían ser vistos como una falta de respeto o una negación de la fe en la resurrección.
Conclusión
La Biblia no condena la cremación, pero sí muestra una clara preferencia histórica por el entierro. La decisión final para un creyente often se reduce a una cuestión de convicción personal, cultura y sensibilidad. Lo que la Escritura enfatiza por encima del método es la esperanza en la resurrección. El acto funerario, ya sea de entierro o cremación, debe realizarse de una manera que refleje esa esperanza y dignifique la vida del difunto como una creación de Dios. La recomendación para cualquier creyente que enfrente esta decisión es buscar guía pastoral y orar por sabiduría para tomar una decisión en paz.